viernes, 28 de octubre de 2011

Bangkok (I)

Este año he decidido pasar mis vacaciones visitando Asia por primera vez. Elegí Thailandia por que todo el mundo habla muy bien de este país, es un país para todos los gustos ya que ofrece relax, deporte, grandes ciudades, tradición y cultura, playa, montaña... La idea era pasar unos días relámpago por la capital, Bangkok, y luego seguir recorriendo el pais de norte a sur, un poco a la aventura.



 Pero finalmente los planes cambiaron gracias a tres "ángeles" que conocimos a través de unos amigos de Madrid. Los tres son thailandeses y residen en la capital. Jojo, Ark y Aom hicieron que nos quedásemos en Bangkok una semana, y no solo eso, nos han hecho ser testigos, entre otras cosas, de lo mucho que Bangkok tiene que decir como capital de moda y diseño.

Moderna, joven y vibrante, la capital thailandesa respira moda por los cuatro costados. Las principales firmas se dan cita en las decenas de centros comerciales que encuentras por toda la ciudad. Cual fue mi sorpresa cuando, al entrar en el primero de ellos, veo tiendas como Prada, Salvatore Ferragamo o Hermes. Nunca había asociado el lujo a los centros comerciales, pero esta parece ser la norma aquí en Asia. Es otro mundo, otro concepto.

Y precisamente uno de estos centros comerciales, o shopping mall, llamado Central World organiza  cada año una de las dos semanas de la moda que celebra la ciudad. Casualidad que empezase justo cuando llegamos nosotros, y más casualidad aún que mis amigos tuviesen acceso a ella. Así que he sido testigo, muy emocionada, he de decir, de las propuestas de dos de los diseñadores locales, que exponen sus colecciones en la pasarela para luego ponerlas a la venta en ese mismo centro comercial, entre otros puntos de venta.




La pasarela se autodenomina Elle Fashion Week, ya que la revista es la que patrocina el evento. En ella al menos 15 de los diseñadore locales más importantes, exponen sus colecciones, eso sí, de la temporada en curso, es decir, las propuestas presentadas son para este otoño invierno que comienza. Llegamos al recinto y el ambiente era un hervidero de jóvenes y no tanto, todos locos por la moda. Me llamaron la atención infinidad de looks, nada que envidiar a Occidente, Bangkok, como he dicho, tiene mucho que decir en cuanto a moda se refiere. Los jóvenes tailandeses arriesgan y, por lo general aciertan con estilismos que van de lo más naive, a lo más vanguardista. Pena no haber tenido el desparpajo suficiente para hacerme con unas instantáneas, seguro que todos estarían deseando ser vistos al otro lado del mundo.

Nuestro primer desfile fue de la marca Theatre, una firma local cuyo diseñador Sirichai Daharanont, más  conocido como Jom presentó una colección inspirada en Madamme Butterfly, con diseños de corte oriental realizados en sedas estampadas. También presentó diseños inspirados en la técnica del origami, algo que ya se deducía al ver el dosier de prensa, que os dejo aquí reflejado, junto con la invitación.




 En definitiva, un desfile muy colorido, lleno de texturas con muchísmo color, con cantante de ópera incluido.


Foto: thaicatwalk.com

Esa fue nuestra primera visita al Central World Shopping Mall  para asistir a la Elle Bangkok Fashion Week. Lo que nos depararía nuestra siguiente visita fue tan inesperado como genial. Para contaroslo necesitaré otro post. Fue algo increíble. Mientras lo preparo espero a ver si recibo todas las fotos que necesito para documentar lo que cuento. No tienen desperdicio.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Chloé; París FW, Octubre 2011













Fotos:Vogue.es

Ann Valerie Has, París FW, Octubre 2011











Fotos:Vogue.es

domingo, 2 de octubre de 2011

Balmain, prueba superada

La marcha de Cristophe Decarnin sorprendió al mundo de la moda, no solo por lo repentino, sino por que Decarnin había situado a la casa francesa en los primeros puestos. Sus desfiles eran de lo más esperado en la Semana de la moda, desde que en la temporada 2007 tomara las riendas como director creativo de la firma. Su último trabajo para la casa fue la colección para este otoño-invierno.
A partir de ahora, será Olivier Rousteing, discípulo de Decarnin durante dos años, quien dictará las normas. Su segunda colección, (presentó la colección crucero el pasado mes de julio) ha sido presentada, y muy apaludida por la crítica, en la Semana de la Moda de París. Desde mi punto de vista no se aleja del todo de lo que Decarnin marcó en las últimas temporadas, como señas de identidad de la casa, a saber, colecciones muy sexy en las que predominan faldas y vestidos muy cortos, pantalones pitillo, y chaquetas con hombros muy armados, inspiradas en la estética militar, eso sí, con un toque algo grunge. Sin embargo, esta colección nos aleja del calculado desaliño propuesto por Decarnin para adentrarnos en un mundo con  más clase. Pareciera que la mujer Balmain  pasado de la rebeldía a la madurez en los siete meses transcurridos de una temporada a otra.










Me han llamado la atención los detalles de la colección, empezando por los ricos bordados que dominan en muchas de las prendas: un verdadero lujo para la vista. Las mujeres Balmain coquetean con la estética cowboy, eso si, nada de sombreros ni botas camperas. También encontramos un guiño a nuestro más que conocido traje de luces, reflejado en  chaquetas cortas de corte armado, además de en pantalones con altísimas cinturas.  Rousteing consigue una mezcla uniforme y una temática lineal, solo interrunpida por algunos looks con falda larga o pantalones anchos.


  


















El desfile fue un éxito y se puede decir que Olivier Rousteing ha pasado la prueba con nota. Esperaremos a las próximas temporadas para ver si desaparece por completo el sello Decarnin, exitoso, pero  quizá demasiado explotado, y cómo evoluciona la firma en manos de su joven pupilo de tan sólo 25 años de edad.

        
      











Fotos: vogue.es